jueves, junio 17, 2004

La mirada de Aquiles


elmundo.es

Son días de Eurocopa en el viejo continente, así que es el momento más propicio para echar a andar este cuaderno de bitácora sobre los avatares del balón y los aprendices de ilusionistas que pretenden conducirlo a su terreno con desigual fortuna. Como el Sporting de Gijón (el club de mis amores) dilapidó el domingo pasado en Almería las escasas opciones de ascenso que le restaban, no me queda más remedio como súbdito del esférico que dedicarme a la contemplación de los mejores jugadores de Europa. Preferiría no tener que hacerlo, pero así son las cosas.

Ayer España no pasó del empate ante Grecia tras adelantarse en el marcador con un disparo a la base del poste de Morientes. Los popes del periodismo deportivo nacional han dicho tantas cosas acerca de los cambios que habría que efectuar en el equipo inicial, que empieza a gustarme el once urdido por Sáez en los dos últimos partidos. De todas maneras, es terrible que Asier Del Horno esté viendo el campeonato por la televisión y que en su puesto veamos arrastrarse a Raúl Bravo. Tal vez el próximo partido cambien las cosas, nos jugamos los cuartos en un duelo a muerte con Portugal.