viernes, junio 18, 2004

La suerte del gallo


as.com

¿Qué diablos es la suerte? Todos conocemos personas a las que todo les sale bien, no importa lo estúpidas ni lo incompetentes que puedan llegar a ser, sencillamente terminan por salir airosas de todas las situaciones, de todos los problemas. La suerte ayer estuvo del lado de Francia, un equipo glorioso venido a menos que se resiste a creer que el tiempo también corre para ellos (no son, no pueden ser los mismos que ganaron la Eurocopa hace cuatro años o el Campeonato del Mundo seis años atrás). Sin embargo, la fortuna obvió ayer ese pequeño detalle y se puso de su lado como suele hacer sólo con los campeones y los más modestos (y aquí el fútbol gana por varios cuerpos a la vida).

El partido comenzó bien para los galos, con algún destello de magia por parte de Zidane (un increíble taconazo a la media vuelta, en salto, que estuvo a punto de suponer el primer tanto) y un gol del capitán al lanzamiento de una falta desde la banda izquierda que nadie llegó a tocar y acabó por introducirse en la portería. Sin embargo, a partir de ese momento Croacia tomó la manija del partido, le dio la vuelta al marcador, y después de que Francia hubo empatado con un gol de increíble fortuna (y de dudosa validez) de Trezeguet, todavía dispuso de una ocasión inmejorable en las botas de Mornar, un disparo a la media vuelta casi en el área pequeña que salió alto y que podía haber dejado al once del gallo al borde de la eliminación. Buena suerte. Mala suerte.