domingo, junio 20, 2004

Lecciones de vuelo con Karel Brückner


as.com


Si algo ha quedado claro en los días que llevamos de campeonato es que existe una gran igualdad entre todos los equipos. Sin ir más lejos, ayer Alemania no pudo pasar del empate a cero ante la selección de Letonia (que demostró a través de jugadores como Verpakovskis, el apodado cohete de Riga y el portero Kolinko, que no era un convidado de piedra) y Holanda vio cómo la República Checa le remontaba un partido que había comenzado ganando por 2-0 cuando apenas se contaban veinte minutos de juego. Siempre causa impresión ver a jugadores de la talla de Davids o Van Nistelrooy lamentarse amargamente, ser presa de la impotencia más absoluta. Lo más curioso es que Chequia no dio la sorpresa, sencillamente hizo uno de los mejores partidos que yo recuerdo en los últimos tiempos y acabó por imponerse a base de empuje y juego. Grande Poborsky, que se niega a envejecer (aunque no luzca ya aquella melena aleonada).

Esta tarde España se lo juega todo con Portugal. No me disgusta el equipo que ha anunciado Sáez, pero he de reconocer que a uno de los centrales no lo he visto jugar en mi vida, lo que no me ofrece muchas garantías. Sólo espero que el equipo no se eche atrás, porque otra de las cosas que me está gustando de este torneo es que el miedo se paga con el miedo, y el fútbol de momento ha triunfado sobre la diletancia. Que así sea.